El origen del masaje
No se puede hablar de una fecha exacta de origen de masaje, ya que el hombre se automasajea desde siempre de forma instintiva para, por ejemplo, aliviar dolor después de un golpe. Así que, el masaje existe, desde que existe la humanidad. El automasaje es el acto instintivo de autocuración. En distintos rincones del mundo han ido evolucionando diferentes técnicas de masaje, cada una de ellas con sus características correspondientes al lugar de origen.

Antiguamente, para recibir masaje balinés, había que viajar hasta Bali, ahora con la globalización los masajes están más cerca que nunca y puedes recibir el masaje que tú quieras sin tener que hacer larguísimos viajes y buscar información sobre todas estas técnicas. Si vas de vacaciones, es normal que en los centros de bienestar te proporcionen masajes de diferentes partes del globo, junto con toda la información sobre la dinámica, profundidad, efectos y tipo de aceite normalmente usado con cada una de sentir y ver el mundo.
EL masaje Chino
En el imperio chino, se consideraba que la mejor forma para conservar la salud y buena forma era aplicar masajes lo más a menudo posible. Ya 2700 años antes de J.C. se publicó el libro de Kong-Fou, donde se habla de lo beneficioso y terapéutico, que son los masajes y la gimnasia. Entre muchos otros, existe una enciclopedia escrita en el siglo XVI “Tsa-Tou-Hoel”, donde se describen diferentes manipulaciones del masaje. Poco tiempo después, el masaje se extendió por todo el imperio y fue practicado de forma habitual para todo tipo de dolores del día a día.

El masaje indio
En la India los antiguos tratados sobre medicina hablaban de masajes como forma de curar muchos problemas musculares.
En el tratado de medicina escrito 1000 años antes de J.C. llamado Ayur-Veda se contemplan técnicas del masaje para aplicar dependiendo del estado mental, físico y emocional del individuo.
El masaje en Europa Clásica
En Grecia, el deporte y las competiciones olímpicas eran de la mayor importancia. Sus magníficos estadios y campos deportivos, estaban construidos junto a baños y piscinas, donde al final del entrenamiento o la competición, los deportistas disfrutaban de baños, se frotaban los cuerpos con cepillos y se untaban con aceites. Todo ello mediante fricciones y percusiones energéticas, para aliviar la fatiga y recuperarse del esfuerzo realizado, tratando dolores musculares, luxaciones y torceduras, como lo recomendó Hipócrates 450 antes de J.C. en su obra “Tratado sobre articulaciones y fracturas”.
Los romanos, conquistadores y continuadores de Grecia, dedicaban especial interés a los ma-sajes, sobre todo después del baño.
Asclepíades, gran médico griego que desarrolló su trabajo en Roma – aplicaba masajes sobre la columna vertebral, acompañados de curas hidroterapia y ejercicios.
Una vez cayó el imperio romano, todo el conocimiento sobre las maniobras de masaje y sus beneficios fueron olvidadas y con la llegada del cristianismo incluso consideradas como actividades inmorales.
El masaje en la Europa del renacimiento
